Arcadi Blasco (1928-2013)

by Infocerámica

Arcadi Blasco

No conocía a Arcadi Blasco. Lo habitual cuando se escribe un obituario, o cuando se pide a alguien que lo escriba, es por ser el escritor del círculo cercado al fallecido. Yo no le conocía, y fueron varias las veces que hice intentos de coincidir con él, en inauguraciones de exposiciones o viajando a Alicante, pero no hubo oportunidad, siempre por los problemas de salud que tanto le atormentaron en los últimos años. Me es difícil entender que no nos cruzáramos nunca en años dedicados a la cerámica en España, y ahora también me es difícil de aceptar que no nos cruzaremos nunca.

Como he dicho y repito con pesar, no conocí a Arcadi Blasco y, sin embargo, si pienso en mi entrada en el mundo de la cerámica, no puedo separarla de la visita a una exposición, en el Palacio de Cristal de Madrid, en el Parque del retiro. Sería a mediados de los años ochenta y, con diecisiete o dieciocho años, descubrí que la cerámica era algo diferente a lo que había visto hasta entonces, que se reducía al torno y los esmaltes. De aquella exposición, titulada “Muros y arquitecturas para defenderse del Miedo”, recuerdo, más que piezas en concreto, el ambiente irreal en una sala de exposiciones que no es sala, que se integra en el paisaje, que no encerraba sus esculturas entre paredes sino que las liberaba, recuerdo el contraste entre la sobriedad de la obra, quizá también propiciada por el título de la muestra, y la luminosidad del ambiente. Sus “muros y arquitecturas”, como no podía ser de otra forma, eran duros, sólidos, hechos para defenderse; sin embargo se mostraban entre “no-muros” de cristal. Ahora, casi treinta años después, quiero pensar que empezábamos a tener menos razones para defendernos, menos miedos.

Años después, circulando en coche por mi ciudad, Alcorcón, en las afueras de Madrid, me topé de bruces, y sin previo aviso, con una de sus esculturas monumentales instalada en una rotonda, paré el coche inmediatamente y anduve entre los diferentes muros de la composición escultórica, que extrañamente se integraba en el entorno de feos bloques de viviendas de ladrillo rojo, productos de un caótico desarrollismo urbano; mejor dicho, no se integraba sino que lo transformaba. Después conocí que esta obra monumental se titula “Elogio de la ciudad”. Quizá Arcadi Blasco no lo supiera nunca, y quizá no fuera esa su intención, pero que un gran artista como él dedicará un elogio a la ciudad en un sitio como Alcorcón, significa mucho para quienes crecimos en lo que se denominaban “ciudades-dormitorio”, fue como una puesta de largo. Finalmente alguien descubría que en las ciudades producto de la inmigración y en los barrios obreros tambien había algo que elogiar. Esto no extraña de quien tuviera tanto compromiso social.

Cualquiera puede, en estos momentos, escribir un resumen de su trayectoria, ya se pueden leer por docenas y por eso no lo hago; quien le trató puede contar anécdotas y recuerdos, yo no, y bien que lo siento. Por eso sólo puedo contar lo que significó conocer su obra en un par de momentos puntuales de mi vida.

Una última anécdota: la noticia de su fallecimiento me sorprendió mientras construía un horno de cerámica con varios amigos; llevabamos varios días buscando un nombre para el nuevo horno, pero no hizo falta pensar más: nuestro horno se llamaría “Arcadi”. Cada vez que se cueza, la llama de la chimenea será un homenaje a su memoria. Cada vez que se introduzca leña en el hogar será un “va por usted, MAESTRO”.

Wladimir Vivas

Foto cedida por Samuel Bayarri y Rafaela Pareja

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9 comments

Mary Gumá 23 de marzo de 2013 - 17:41

Que bonito Wladimir: Gracias por tu comentario, en recuerdo de Arcadi, yo si le conoci, ya era mayor pero para mi era un referente de la historia de la ceramica, i tube el honor de recibir unos seminarios en Sargadelos, i trabajar con el para contruir un banco.
Sus clases, su manera de tratar a la gente , sus consejos… sin ningun reparo tenia mucha paciencia i le gustaba compartir charla , con todo el mundo i su generosidad.
Quando las personas viven muchos años, se tiende a olvidar, lo que son todavia, como si ya no existieran, es un poco triste, ya que todos intentaremos llegar lo mas lejos posible, en lo que se refiere a vivir.
Para los que amamos el oficio se nos ha ido un mito , por suerte siempre nos quedará su obra, i es como una manera de no morir. Mary Gumá

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Jorge Fernández Chiti 23 de marzo de 2013 - 19:10

Se van los monstruos del arte; los que lucharon solos; los que sabían e hicieron del Oficio Sagrado una dación y no un autolucimiento, un catálogo o un perifollo. Tus amigos, los grandes que ya no están: Angelina Alós, Antoni Cumellas, otros que no recuerdo hoy, te precedieron en la ruta de la Verdad plástica; en el Oficio de Maestro (que no se aprende ni se enseña). Es una Vocación eterna; antorcha de otras vidas.- La deconstrucción cerámica operada hoy por “los que no saben”; por los entronizadores de su “Yo” chiquito; por los copiones de la cerámica “made in USA” o “made in Japón”, pasará, pasará, y resurgirán las enseñanzas del Maestro, de los maestros, que hicieron de su vida un compromiso y una lucha. No una foto adornada con laureles pintados…Buenos Aires. 20 de Marzo del 2013. Jorge Fernández Chiti. Aprendiz de la vida y del Arte.Cerámico.

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Nuria Pie 23 de marzo de 2013 - 20:11

Bonito nombre para un horno, que buena idea. Esto es mas que el nombre de una calle.

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vilma villaverde 24 de marzo de 2013 - 14:53

Querido Wladimir, muy sentido tu mensaje.
Te envío un abrazo y el obituario que yo envié a mis amigos. No estoy en redes, solo vos recibes este mensaje. Un cordial saludo de
Vilma

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Teresa Girones 24 de marzo de 2013 - 19:57

Arcadio ,el hombre , el amigo , el maestro,el artista en mayusculas. Para mi era era el referente, un artista integral, capaz de defender y denunciar con su obra sus ideas y su lucha. Creo que ha vivido plenamente,
dominando cada situación, con muchos amigos y personas que lo querian. Por el y por Cumella yo soy ceramista, Hicimos viajes juntos, sobre todo los de la Academia Internacional de Cerámica , tengo fotos antiguas de él, que queria mandarle y que estan al lado de mi ordenador pendientes de envio, lástima no se si le hubiera gustado recordar…Adios Arcadio te recordaremos con amor. Teresa Gironés

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Fernando Malo 25 de marzo de 2013 - 07:00

Siempre recordaré el impacto que me produjo su escultura en la portada del nº 2 de la revista Cerámica…¡Hace ya tiempo! en mis inicios. Se salía de lo habitual, se podían adivinar sus texturas y su fuerza interna…Mas tarde tuve la suerte de poder tocar sus piezas, en nuestra sala de “Cerámica y Ceramistas” y en los inicios de Cerco.
También fue un lujo trabajar mano a mano con él en Boassas (Portugal), siempre dispuesto a colaborar, a enseñar y a conversar. Me prologó un catálogo en el 2004 animándome en el camino de la cerámica con el poema de Kavafis del viaje a Itaca.
Feliz viaje Arcadio! Gracias por todo lo que nos has dejado en el camino!

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Encarna Soler Peris 25 de marzo de 2013 - 08:57

Arcadio Blasco como ceramista no es ningún referente para mi, ni he seguido tampoco nunca su obra. Pero tuve la suerte a diferencia de mi amigo Wladimir de estar una semana con él y pegarme como una lapa a su lado, conversando sobre la vida, la paella, el ateísmo……. y sobre como ser una buena maestra. Ojalá supiera redactar porque podría escribir un libro sobre las conversaciones que tuve con él y que me acompañan todos los días y que cito continuamente a mis alumnos.
Bon Viatje!!!

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jose ignacio velez puerta 1 de abril de 2013 - 02:13

Conoci a arcadio algunos meses despues de haber visto la misma exposicion que Wladimir Vivas vió, corria el año de 1985, aquella exposicion cambio mi vida, yo estaba en Europa tratando de comprender tantas experiencias que nos daba el arte de aquella epoca y las inmediatamente anteriores; pero Arcadio fué mi puente para sentir que era posible, mi compromiso con la cerámica se hizo mas fuerte y pude compartir con el mis decisiones y mis proyectos. Estuve con el por segunda vez en enero del año 2000 y no olvidaré que se preocupó de que mis sabanas estuviesen bien puestas al quedarme a dormir en su casa y cuando desperte habia puesto mi desayuno en la mesa. De arcadio aprendi que era posible ser artista y ser humano amoroso a la vez.

un abrazo a todos los que amaron a arcadio como yo lo hice.

jose ignacio velez puerta desde Colombia

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jose ignacio velez puerta 22 de junio de 2014 - 17:46

Hola amigos de infoceramica
Wladimir como estas , he visto que has publicado mi comentario sobre nuestro maestro Arcadio, que bien.

Su presencia es constante en nuestra vida, verdad?

Desde Colombia les invito a leer tanto mi pagina web, como mi blog donde comparto los procesos que realizo. les recomiendo muy especialmente la historia de LOS ÁRBOLES IMAGINADOS y algunos vídeos como LOS LÍMITES DEL VACÍO que bien valen la pena en busca de una cerámica antigua y pos moderna a la vez.

Un abrazo fuerte
Jose ignacio

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