Terrania 2014

El fin de semana del 26 al 28 de septiembre se celebró en Montblanc (Tarragona) la duodécima edición de la feria de cerámica Terrania, que contó este año con el estreno del claustro de Sant Francesc como nuevo espacio para la realización de actividades paralelas a la feria.

Como es habitual, en el apartado de las ventas la feria fue mejor para unos expositores que para otros, aunque la tónica general en los últimos tiempos es que, con contadas excepciones, las ferias de cerámica no sean el negocio que eran hace años. Sin embargo, los ceramistas continúan acudiendo a las ferias a pesar de no tener asegurados unos beneficios económicos. Es una constante que las ferias se hayan convertido en “festivales” de cerámica, en los que, además de ventas de cerámica, se ofrezca a los visitantes una serie de actividades paralelas que justifiquen una visita turística a la localidad.

No obstante, esta faceta de actividad turística no puede sustentarse si los propios ceramistas no consiguen beneficios que justifiquen la asistencia a la feria. Es muy esclarecedor analizar los resultados económicos de Terrania, ofrecidos por la organización, en los que se puede percibir una pequeña (pequeñísima) recuperación en el volumen de ventas de los últimos tres años, aunque todavía están muy lejos las cifras de ventas de los mejores años: 33.200 euros en 2008 frente a los 19.800 de 2014. Es muy significativo que el descenso en las ventas no se corresponde con un descenso similar en los visitantes, ya que en 2008 se contabilizó una asistencia de 8.300 frente a los 7.800 de 2014. En definitiva, la afluencia de público sigue siendo buena, pero se compra mucho menos.

Aparte de estos temas económicos, que sin duda son los más importantes para los ceramistas que van a la feria a vender sus productos, las actividades paralelas fueron un éxito, la estupenda exposición de Xavier Monsalvatje, la titulada “Matices negros”, en Cal Pots, con cerámicas de Mia Llauder y Kypsela, o la de Joan Salvat y Cinta Dalmau en la Bodega Mas Foraster.

También los talleres infantiles a cargo de la Escola d’Art i Disseny de Tarragona, el taller de torno a cargo de Montse Llanas, el de “Micro-rakú”, de la mano de Nuria Soley o las demostraciones de torno y escultura a cargo de Lluis Heras y Natalia Farré.

También se pudo disfrutar, aunque un tanto deslucido por la lluvia, del espectáculo cerámico itinerante “Helados calientes”, a cargo del grupo “Ignició”.

Montblanc sigue siendo una de las citas anuales más interesantes del panorama de ferias, con una destacada participación internacional, que se ha cuidado especialmente desde sus primeras convocatorias y que este año se dedicó a la cerámica francesa, con la participación de seis talleres, además de Jaroslav Safr, de la República Checa.

El último día de la feria se dio a conocer el nombre de los ceramistas ganadores de los premios a las mejores obras cerámicas presentadas, que fueron elegidos por los propios ceramistas. El primer premio, que consiste en la adquisición por parte del Ayuntamiento de una pieza valorada en 500 euros, fue para la ceramista francesa Martine Le Fur; el segundo fue para Marc Iturri, de Cardedeu, y el tercero, para la francesa Catherine Blondin, estos dotados con maquinaria para ceramistas a ofrecida por la empresa Forns Isuni.

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