Anna Dickinson

Desde el pasado 12 de junio hasta el 1 de noviembre se puede visitar en el Museo Ariana, de Ginebra (Suiza) la exposición de vidrio de la artista danesa Anna Dickinson, cuyo catálogo comentamos a continuación

El mundo del arte en vidrio siempre ha estado muy unido al de la cerámica, no solamenta porque técnicamente tiene similitudes, sino también porque comparten conceptos como el respeto a unas raíces muy fuertes con la técnica y la tradición y la marcada influencia del material utilizado como seña de identidad de la expresión artística.

La obra de la artista danesa Anna Dickinson está muy marcada por la tradición de la obra en vidrio como “contenedor”, algo que es muy importante también en el ADN de la cerámica. Esto no significa que las creaciones de Dickinson sean funcionales, pero sí que mantienen un vínculo con la funcionalidad, metafóricamente presente por ese concepto de contenedor, de piezas que mantienen un vacío interior en comn con las tradicionales vasijas de vidrio.

Pero, como ocurre en cerámica con las obras de Voulkos, Coper o Artigas, las piezas de Dickinson adquieren aspectos escultóricos, potenciados en algunos casos por un cierto sentido de monumentalidad, con la salvedad de que estas son piezas, en algunos casos, de pequeño tamaño (muchas no superan los 20 cm de altura), lo que las pone en relación con la tradición de las pequeñas “vasijas-joya” realizadas en vidrio.

En estas obras se pone de manifiesto la utilización de la luz como parte ntegrante de la expresión de la obra en vidrio, que dota a las piezas de unas características imposibles de conseguir con otro material. Las diferentes técnicas de tratamiento del material proporciona a la artista una multitud de efectos, desde burbujas de aire que permanecen suspendidas en la materia, facetados que parecen jugar con los rayos de lux o la utilización de colores y tratamientos superficiales del vidrio que alteran su translucidez.

El catálogo no desmerece en absoluto a calidad de los trabajos mostrados, ya que las grandes fotografías a toda página que contiene son imprescindibles para admirar la belleza de los trabajos en vidrio, el diseño es sobrio y claro, en armonía perfecta con el carácter de la obra de Anna Dickinson y cuenta además con una entrevista en la que la propia artista desvela sus inquietudes e inspiraciones, cabe destacar que ella hace referencia a la arquitectura, al uso de la combinación de vidrio y metal y al hecho de que en Occidente sus piezas son vistas como escultóricas pero en Japón son utilizadas para arreglos florales (Ikebana).
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