Los autores de este libro tratan de hacer visible la muy desconocida alfarería de Palencia, y lo hacen centrándose en uno de sus centros de producción, ya extinguido: la localidad de Baltanás, donde se realizaba una cerámica en la que se mezclaron influencias de otros centros alfareros y que, en numerosas ocasiones, no se cataloga como se debiera.
Según los autores, la catalogación es uno de los problemas que han hecho de esta alfarería una gran desconocida. El hecho de que su ubicación se pueda considerar como un cruce de caminos, hizo que recibiera la influencia de otros centros de alfarería mayores y, en ocasiones, la inmigración directa de alfareros de otros lugares, especialmente Tajueco y Jiménez de Jamuz, que transformaron, influyeron o incluso cambiaron la tipología original.
En el prólogo, los autores hacen una afirmación que resulta, cuanto menos, inquietante: «Abundan las colecciones de alfarería popular pero sin embargo los interrogantes sobre la misma son enormes. Al menos un treinta por ciento de las colecciones no está convenientemente catalogado, se desconoce la producción de decenas de lugares y los cacharros siguen dispersándose o rompiéndose».
Insisten los autores en que el estudio de un centro cerámico debe hacerse en profundidad, ya que es habitual encontrar mezcladas las producciones de diferentes lugares; los alfareros también copiaban detalles o adoptaban tipologías ajenas, por lo que en ocasiones una catalogación rápida y no contrastada lleva a la confusión.
Este libro se centra en la producción de los alfareros de Baltanás, localidad de la comarca del Cerrato, en Palencia, en la que está documentada la dedicación de varias familias a la alfarería desde hace siglos. Se hace un repaso por la historia, las técnicas, los materiales y la tipología. El libro, como su título indica, toma el obrador de la familia Fernández como base para realizar su estudio, por ser la última familia baltanasiega que mantuvo la actividad de la alfarería hasta los mediados del siglo XX. Lógicamente se incluye un inventario fotográfico de las piezas más representativas y una bibliografía.
Dada la variedad de la alfarería es importante que los estudios, además de los que abordan el tema con mayor amplitud, se centren también en los localismos, ya que será esta la única manera de conseguir destramar la tupida red de influencias, migraciones, evolución, copias y coincidencias que rodea la alfarería tradicional.
Es muy destacable la dedicación que pequeñas editoriales como la responsable de la publicación de este libro tienen en la difusión cultural de temas que no son, desgraciadamente, de interés para el gran público, pero que son importantísimos para conservar la memoria de la historia y la cultura tradicionales.
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Enrique Echevarría (Burgos, 1960) es restaurador de material arqueológico y especialista en ceramología. Ha publicado diversos artículos sobre sistemas de lañado de cerámica, fábricas de loza y restauración de metales. Cristina Valdivieso (Villabrágima, 1958) es investigadora de campo interesada en cerámica popular. José Fernandez (Baltanás, 1950) es profesor en el Instituto de Formación Profesional de Usurbil (Guipúzcoa) y descendiente de alfareros.
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Texto: Wladimir Vivas