Residencias artísticas en Cogorderos - León

Charla de Juan Ortí y Xavier Monsalvatje

by Infocerámica
Pieza de cerámica de Juan Ortí

Juan Ortí

Durante la pasada edición de la feria de Cerámica de Navarrete (La Rioja), celebrada el pasado mes de julio, mantuvimos una animada conversación con Juan Ortí y Xavier Monsalvatje, en la que estos dos artistas hablaron de sus comienzos en la cerámica y sus motivaciones, sus inquietudes y sus formas de trabajo.

Aunque en principio la labor de Wladimir Vivas fuera simplemente como moderador, también en algunos momentos de la conversación interviene con opiniones, puntos de vista y, sobre todo, con preguntas a estos dos ceramistas valencianos, que comparten puntos de vista, formación y amistad.

Wladimir Vivas. Vosotros sois amigos desde hace años ¿charláis alguna vez de vuestras formas de entender la cerámica y el arte?

Juan Ortí. No, no hemos juntado para eso.

Xavier Monsalvatje. Alguna vez hemos hablado, esporádicamente.

W. Cuando os propuse tener esta conversación, fue porque en principio se ven relaciones entre vuestra obra.

J. Xavier es más reivindicativo, yo sin embargo, no reivindico nada, son las formas en sí.

X. Yo tampoco me veo reivindicativo .

J. Hombre, metes caña…

X. Bueno, pero quizá más los dibujos, que sí es reivindicativa, más política; pero otras series tratan más de la industria; el tema de las maquetas, por ejemplo, o los contenedores, que sí que es más minimalista, más estética, con una carga crítica detrás, no tan estética. Pero en las pinturas no, las pinturas eran más un archivo de lo que había a mi alrededor, las fábricas …

J. Tus pinturas siempre se acercan más a otro rollo.

W. En ocasiones has hablado del disfrute, de la belleza de un depósito. Pero también parece estar hablando de problemas de desindustrialización.

X. Sí, hay una carga de ese tipo pero yo lo veía más como un icono, una iconografía de lo desaparecido, de algo que ya no va a existir…, o lo que realmente está mutando de lo que nos rodea. Un archivo, lo tengo más como archivo, me apetecía más esa palabra, archivo de lo que había a mi alrededor. Y focalizando, me siento muy afín con el trabajo de Juan, creo que está en la misma línea, siguiendo otro concepto técnico y estético quizás, aunque en lo de lo estético creo que estamos bastante unidos.

J. Sí, yo me recreo en las formas, busco la pureza y la estética de la forma y tú haces más como un archivo, pero estamos en lo mismo.

Pieza de cerámica de Xavier Monsalvatje

Xavier Monsalvatje. “Vamos a contar mentiras

X. Yo tengo cuadros que realmente, como los de silos del año 97, que son solo el silo y la parte de arriba, o la chimenea y la nave pintada. Luego es verdad que, por ejemplo, las maquetas son, en el fondo, industrias y una planificación urbanística del espacio, ahí soy más barroco y me gusta más la idea de juguete, de maqueta, no soy tan purista como Juan.

W. En tu caso Juan, tus esculturas antes parecían más deshumanizadas, pero de un tiempo a esta parte veo más referencias humanas, aunque solo sea en forma de una ventana o una puerta que sugiere la dimensión humana.

J. Puede ser pero no lo he hecho con esa intención.

X. Yo tampoco lo veo así. Pero bueno, puede ser una lectura

J. Puede ser. Mira, una cosa que me dice mucha gente sobre mis piezas, y que no entiendo, es que  “les transmiten paz”, me lo dice cantidad de gente. No sé si es por la blancura o la pureza… A veces, cuando hago las piezas, estoy allí machacando al espectador de una manera, pero es que me nacen así.

W. Bueno, quizá si no hay conflicto para un artista es difícil llegar a la creación.

X. Si no hay conflicto…, posiblemente tengas razón. El otro día viniendo con Mestre hablábamos de eso, de la angustia. Él me hablaba de la angustia que siente cuando acaba una serie y tiene que empezar otra y no sabe por dónde tirar o con qué forma empezar a investigar. Yo le decía que no tengo ese problema, que quizá mi angustia era tener demasiados caminos por donde tirar y saber que solo tengo un tiempo limitado y que debo elegir. Mi angustia es decir “me he quedado a mitad camino de lo que tengo hecho, eso aún lo puedo explotar mucho mejor”.

W.  O no saber si te has quedado o no te has quedado, si había más ahí…

X. Hay más, siempre hay más; por lo menos yo siempre me quedo con la sensación de que me he quedado a la mitad de lo que podía haber hecho.

J. A mí me pasa como a Enrique. Yo trabajo con lo mínimo, soy minimalista, por eso siempre sufro por el temor a que se me acaben las ideas y no pueda continuar; a veces tiro para otro lado pero, como  no me quiero salir de mi línea, pues sufro…

W. Ayer decías que tu ibas por progresión, cuándo dices “aquí ya está todo y tengo que irme para otro lado”.

J. No lo sé. Es difícil y duro porque en realidad estás creando un objeto que visualmente tiene que funcionar, tienes que parirlo de una masa de barro. En realidad mis piezas casi nunca me acaban de convencer, ¡pero poquísimas veces! Soy bastante duro con eso.

X. Sí, a mí también me pasa lo mismo. En pintura menos, pero en cerámica, ¿dudas? ¡todas!. Lo que pasa es que ahí no estoy de acuerdo con Juan. Las ideas no son barrocas o minimalistas, son ideas. Si tienes que buscar un camino ya tienes que elegir, pero la idea es un concepto, ahí no puedes hablar de minimalismo o menos es más…;  quiero hablar sobre frenología, quiero hablar sobre la mente humana  y puedo hacerlo de muchas maneras diferentes, pero ya tengo un camino,  se que tengo que hablar sobre la mente humana. A mí lo que sí me interesan son los referentes, qué se ha hecho sobre eso antes. Claro porque tengo que una base detrás, un apoyo… Ahí a lo mejor juego con un As en la manga pero, claro, también es un tiempo que pierdes en investigar. Para mí los referentes son muy importantes, creo que para todo. Pero cada proceso lleva su referente, no es el mismo sobre arquitectura que sobre urbanismo, puede que tenga relación, pero no es lo mismo.

W. El tema de las líneas estéticas también es un tema un poco ambiguo. A veces se incide mucho en que sois totalmente contrapuestos, tú el barroquismo y tú el minimalismo, pero en el fondo quizá no esté tan claro.

(En este momento nos dejamos llevar durante unos minutos y damos vueltas sobre si  lo que ven los espectadores es más o menos valido a la hora de continuar con el trabajo. Ambos coinciden en que las opiniones ajenas deparan sorpresas. Estas charlas nos vienen bien, comenta Juan, antes de volver al tema principal, aunque es Xavier quien retoma la línea de la conversación.)

X. Vuelvo otra vez al tema del “concepto”. Bueno, los dos estamos hablando sobre un proceso industrial, igual que Enrique, si me apuras. O en este caso hasta Carmen  Ballester con esas piezas seriadas que en el fondo parecen algo de laboratorio industrial…

W. Sí, ella misma lo ha dicho.

X. O Carmen Sánchez, con ese tornillo que parece un rodamiento sacado de la pieza de un motor. Son visiones no iguales, pero un cierto concepto parecido como es la arquitectura y los espacios. Puedes ver una reivindicación hasta en las piezas de Enrique (Mestre): esos espacios vacíos como un Fray Angélico. Yo me imagino un cuadro de Fray Angélico, con esa sección aurea pero sin los ángeles sin la anunciación…, lo vacías de elementos figurativos y es una pieza de Enrique. Igual que Juan, ahora más figurativo (que antes no lo era) pero a la vez muy minimalista.

J. Ando en estas últimas piezas un poco al límite

X. Para mí son figurativas, no veo ninguna abstracción ahí.

J. Bueno, sí …

X. ¿Tú ves alguna abstracción en esas piezas?

J. En alguna, aunque anda un poco al límite. ¿tú no lo ves?

X. Yo no veo ninguna

J. Hay libertad del espectador ¡probablemente! (risas)

Piezas de cerámica de Juan Ortí

Juan Ortí

X. (Creo que no hay tanta abstracción) porque esa tipología industrial la tengo tan estudiada que casi te puedo decir hasta a qué silo puede parecerse el que tú has hecho, o a qué depósito de agua. Hablando de los depósitos, otro campos muy grande. Yo he pintado bastantes depósitos porque me molaba esa idea de la arquitectura del agua. Mira, si me apuras, están esos canales de agua que hacía Enric, o los depósitos que hacía Miquel Navarro con esas historias, con esos motores, esos tubos. Yo me siento muy afín con Miquel Navarro, también con la historia del urbanismo; en fin, estamos hablando de arquitectura. El otro día hablando con una persona le decía: A ver si hacemos alguna exposición sobre ceramistas que trabajamos con la arquitectura, porque hay una exposición realmente interesante, me dijo que le parecía muy interesante.

W. Siempre ha habido una conexión incluso metafísica: las casas de alma…

X. Exacto, eso es, un campo muy amplio y, si desde el punto devista ya contemporáneo, hay tela marinera.

W. incluso conceptual,  está el tema de la cerámica como contenedor y la casa también es un contenedor …

X. Exacto. Fíjate que cuando yo empecé con los contenedores, las “cajitas”…, había gente que ya hablaba de “contendores” pero, por lo menos en mi época, cuando lo hacíamos  no nos referíamos a algo que contenía, hablábamos de un contendor que almacenaba mercancías o elementos tóxicos. Luego esa palabra se ha extrapolado a la vasija como contención, pero vamos, en mi tiempo, ¡contenedores eran los del puerto! Y si encima te has criado, como yo, viendo los contenedores, los astilleros, etc, esa palabra ya la tienes muy definida.

W. En inglés, la palabra “vessel” tiene un significado muy general, como contenedor o incluso buque, pero en cerámica se utiliza como vasija, pero no necesariamente funcional. Hablan de Peter Voulkos  y usan la palabra “vessel”.

X. claro, claro.

W. Juan, ¿tú ves tu trabajo también en este sentido?

J. Yo vengo de la vasija, mis piezas siguen teniendo el concepto “contenedor”. Todavía no me he despegado (risas). Bueno, no me refiero al  elemento base, me refiero al elemento conceptual.

W. Los silos son contenedores, el uso del torno.

X. Claro, exactamente

W. Todo lo que se ha hecho en torno en toda la historia es para contener alimentos, líquidos, etc.

J. Ahora lo que contiene son formas

W. Bueno, tú conoces a Juan Carlos Iniesta, de Manises, que hacía una vasija con un código “Q”, que mediante el móvil, te lleva a ver el “contenido”, la información. Yo cuando lo vi, pensé que en realidad estaba reciclando el concepto “contenedor”, introduciendo en la pieza el contenido digital, me pareció un juego muy interesante.

X. Sí, es muy interesante, muy interesante.

J. Como mi trabajo es un hilo, yo no sé a dónde voy a llegar, yo iré continuando, iré profundizando. Yo lo que hago es que al repetir, profundizo; cuando llegué a un punto en el que no tenga salida, cambiaré a otra.

W. ¿Eso te ha ocurrido? ¿has llegado a ese punto?

J. En las series si que se ha notado. Al mostrar las obras no se aprecia, pero hay temporadas que vuelvo atrás, series que no continúo pero, que si me gustan, las retomo. Pero cuando las muestro lo hago con un sentido de unidad

W. Lo decía porque para mucha gente la creación es un cosa más progresiva o lineal…

J. Yo sí que vuelvo, retomo cosas, pero es que, en realidad, llevo poco más de diez años, llevo poco tiempo, no como Xavi, que lleva más de veinte años. Yo empecé a estudiar cerámica en el 98.

X. ¿Qué edad tenías?

J. Casi 30, empecé “supertarde”. Yo es que fui un pésimo estudiante. Tengo 39.

X. Yo empecé con 17 y casi tengo 49 años.

W.  Pero has crecido en una familia en la que el arte está muy presente ¿no tenías ninguna actividad artística como pintura o escultura?

J. En realidad, nunca me había interesado. Yo me llevo bien con mis padres, pero que nunca me he sentido… , ha sido duro…

W. ¿El clásico “hacer lo contrario de lo que han hecho tus padres”?

J. Tampoco he sido rebelde, solo que de pequeño me he sentido como un bicho raro…, cuando llegué a Artes y Oficios y entré en el taller de Mestre fue el detonante, entonces me dije: “se acabo el perder el tiempo”. Mestre y mi padre se conocían pero yo llegué a la escuela, al taller de torno, por casualidad. Cuando entregué la ficha, Mestré me dijo: “Ah pero tú eres hijo de…” Pero mis padres no tenían esa idea, lo de Enrique fue un chispazo, vi la luz y ya no me he apartado, no me he distraido nada.

Obra gráfica de Xavier Monsalvatje

Xavier Monsalvatje. “Los faros de la mentira”

W. (a Xavi) Tú, sin embargo, sí trabajaste en la cerámica desde tus inicios

X. Sí, por mi hermano, él tenía un taller, y yo le ayudaba. Yo lo del arte lo veía así con mayúsculas, lo veía como algo inalcanzable.

W. Llegaste a la cerámica metiéndote directamente en el taller, haciendo moldes …

X. Hacía moldes en la fábrica para ganar mi dinero, “curraba” en la fábrica, me pagaban una miseria pero tenía mi “tabaquito” y esas cosas.

W. No fue para aprender desde abajo todos los procesos.

X. No, no, para nada, supervivencia pura y dura.

W. Pero ¿crees que te ha sido útil?

X. Me ha valido y me ha perjudicado, ahora tengo asma (risas). Bueno, yo era muy salvaje y no me cuidaba, llegaba el viernes y cerraba los bares. Mi idea era coger ilustración o cosas de estas, pero cuando me vi en el taller y tuve que elejir la especialización (en la escuela), me senté y dije “tengo que ser coherente conmigo mismo, tengo que escoger cerámica, mi hermano tiene el taller…”. Y el primer año bien, el segundo también y el tercero, con Enrique, también bien; aunque yo he sido de los que he tenido enfrentamientos con Enrique, nos hemos enfrentado. Hemos tenido enfrentamientos a nivel teórico, conceptual. Claro, yo tenía 21 años y era un “sobrao” (risas), pero es verdad que yo siempre intenté argumentar mi propio proceso y eso también me enseñó a tratar de tener claro lo que quiero hacer, si estoy desarrollando un proyecto tengo que estar seguro de lo que quiero comunicar.

W. (a Juan)- Bueno, eso también te habrá pasado a ti,  tienes que tener claras las cosas porque trabajando con Enrique tantos años, tiene que llegar un momento en que, o tienes todo claro o puedes acabar convertido en “Mestre, segunda parte”, cosa que no ha ocurrido.

J. Lo tengo muy claro.

W– Puede ser duro.

X. Es duro, acuérdate la conversación que tuvimos en Torrente hace tiempo, decías “no sé que hacer, estoy cansado”. Yo te dije: “No lo dejes.”

J. Sí, sí es duro

W. ¿Mucha presión?

J. Ya no solo la presión que tu puedas tener porque estás ayudando a un maestro, es que su madre es una pintora excepcional, el padre un escultor excepcional…, yo veo que Juan para eso está siendo inteligente.

J. Yo intento mantenerme aislado. Mi padre siempre ha querido que mi hermano y yo seamos sus  discípulos. Creo que lo de la cerámica ha sido un romper con eso, conscientemente no lo he hecho, pero yo creo que ha tenido algo que ver.

W. De eso te acabas dando cuenta cuando pasan los años.

J. Fue un flechazo, un cambio radical,  de andar pululando por el mundo perdiendo el tiempo, haciendo tonterías, a, de repente, verlo y decir ¡ya está! Estaba cansado de hacer el tonto. Mi hermano y yo nos hemos criado en el taller, con las herramientas, y, aunque no quieras, lo has mamado; ir a los museos y exposiciones,  nos llevaban a todas partes, así que aunque no haya estudiado bellas artes veo las cosas y sé lo que es.

W. Creo que crecer en un taller, ya no hablo de arte sino de cualquier cosa, te hace más tendente a crear cosas, a hacer tangibles las ideas…

X. Despertar la imaginación, sí.

J. A mí la verdad es que encanta leer cosas de tecnología, pero lo hago como los niños: lo leo y lo vuelvo a leer.

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Información:

www.xaviermonsalvatje.com

Juan Ortí

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Se prohíbe el uso de texto y las imágenes de este artículo, que se publican en Infoceramica exclusivamente para la promoción de los artistas y su obra, queda prohibida su reproducción sin permiso expreso. Infoceramica agradece a Xavier Monsalvatje y Juan Ortí por la realización de la entrevista y el permiso de reproducción de las fotografías.

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