Construcción de horno con Joe Finch

by Infocerámica

Horno de cerámica de Joe Finch

El pasado verano tuvo lugar en la Escuela de Arte Francisco Alcántara, de Madrid, una interesante actividad en la que los alumnos de esta escuela de cerámica pudieron conocer la construcción de un horno de leña y la cocción del mismo de la mano de un experto: el inglés Joe Finch.

En los últimos años y en diferentes partes del mundo, se está viendo una vuelta a la utilización de la leña como combustible para hornos de cerámica; este uso, que en algunos casos tiene cierta controversia por erróneos conceptos ecológicos, ha pasado de ser simplemente un combustible a definirse como una técnica de creación cerámica en si misma, o, en algunos casos, una técnica de decoración, pero siempre como una forma de entender la cerámica que va más allá de la creación de un objeto.

Ciertamente siempre ha habido ceramistas que cuecen con leña, pero lo que se busca (o algunos buscamos) es la creación de un cierto “ambiente” que permita y promueva esta forma de hacer cerámica. Y esto solo se consigue, por un lado, si hay un número relevante de hornos en funcionamiento y, por otro, si se crea una comunidad que intercambie experiencias y cocciones, que se mueva y colabore con otros compañeros. Para llegar a ello, es importante una cierta implicación de las escuelas de cerámica.

En este sentido, es muy importante la oportunidad que la Escuela de Arte Francisco Alcántara ha ofrecido a sus alumnos. Quizá ahora estos alumnos no sean conscientes, pero es probable que dentro de muchos años, cuando recuerden que su primer contacto con las cocciones de leña fue la construcción y cocción de un horno, de la mano de un maestro como Joe Finch, no me cabe ninguna duda de que se sentirán afortunados.

“Estamos un montón de personas metiendo trabajo y energías y eso creo que de alguna manera se imprime en las piezas”, comentaba una alumna durante la cocción. Y tiene toda la razón, porque en estas cocciones, cada tronco que se quema deja su impronta y cada asistente es consciente de cada grado que la temperatura sube (o baja…).

Hay quienes pensamos que la formación de un ceramista está incompleta si no ha tenido la experiencia de controlar una cocción en uno de estos hornos: la atmosfera, que no se regula girando roldanas, sino adaptando la cantidad, el ritmo y la forma de cargar; los tiros; el aire que entra en el horno; el estado de las piezas o los esmaltes de forma directa, controlando conos y sacando pruebas; adaptando la combustión a los agentes atmosféricos; planificando la forma de cargar el horno en función de los resultados deseados, y otros tantos conocimientos que se aprenden con la práctica, y que hacen que el alumno comprenda de forma directa lo que ocurre dentro de un horno de cerámica.

Hay que destacar que el promotor de esta actividad ha sido el director de la escuela, José Manuel Faba, como nos indicaba María Blázquez, profesora y colaboradora en la cocción: “En una escuela como esta, en la que no tenemos acceso a cocer con leña, ni siquiera con gas, es muy interesante [esta iniciativa]”.

En algunas escuelas, especialmente de Estados Unidos, es habitual que durante cada curso se construya un horno de cualquier tipo (hay decenas de tipos de hornos de leña) y que los alumnos lo cuezan de forma habitual. Esto suele venir de la mano de algún profesor especialmente implicado en el tema. Convertir este tipo de actividad en parte de la enseñanza es sin duda lo que crea, al cabo de varias promociones de estudiantes, que haya cada vez más ceramistas interesados en la obra cerámica cocida con leña.

Quizá fue Jorge de la Torre, estudiante que, como otros y otras, no se separaron del horno en todo el día, quién definió perfectamente por qué cocer con leña. Que sean las palabras de alguien que acaba de conocer por vez primera el mundo de la leña las que despidan este escrito:

“Me interesó apuntarme a este curso porque es una experiencia que no es fácil encontrar en España, no es un país acostumbrado a este tipo de hornos. Ayer, con las 11 horas de cocción yo decía: ‘no quiero ser un woodfirer’ (*), pero luego he visto los resultados y es como que te quedas relajado; es un trabajazo, pero luego dices, ¡joder, qué bien me he quedado! Se aprende mucho unos con otros, ayer aprendimos muchísimo, los ceramistas que estuvimos nos fuimos intercambiando experiencias y eso es muy interesante.”

(*) Woodfirer: Expresión inglesa para definir algo así como “ceramista-que-usa-la-cocción-de-leña”

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Infocerámica agradece a la dirección e la Escuela de Arte Francisco Alcántara, a sus alumnos y a Joe Finch la ayuda prestada para la publicación de este artículo. Las fotografías y texto se publican exclusivamente para la promoción del evento y queda prohibida su reproducción.

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1 comment

Ana-Belén Montero 5 de abril de 2017 - 15:43

Si se puede evitar el uso de lanas aislantes es mejor para el medio ambiente y para la salud de todos: el polvillo que sueltan y la rápida degradación hacen que sean materiales bastante contaminantes… Y hay alternativas!

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