
En la cerámica tradicional japonesa es sumamente difícil encontrar mujeres que destacaran y firmaran sus obras, de ahí la importancia de la obra, no demasiado conocida, de la artista Ōtagaki Rengetsu, que destacó en el siglo XIX en la cerámica, la poesía y la caligrafía
Ōtagaki Rengetsu es probablemente la poeta más célebre del siglo XIX, también reconocida por su maestría en caligrafía y cerámica. Nació como hija ilegítima de un samurái de la familia Tōdō y fue adoptada poco después por Ōtagaki Mitsuhasa, funcionario del templo Chion’in, de la escuela Jōdo en Kioto. En 1798, tras perder a su madre y hermano, fue enviada como dama de compañía al castillo de Kameoka, donde se formó en poesía clásica, caligrafía y artes marciales.
A los 33 años, tras la muerte de dos esposos y sus cinco hijos, decidió ordenarse monja, adoptando el nombre Rengetsu (Luna de Loto). Vivió junto a su padrastro cerca del templo Chion’in y, tras la muerte de este en 1832, comenzó a crear su distintiva cerámica, decorada con sus propios poemas waka. Su obra, que integra cerámica, poesía y caligrafía, le otorgó reconocimiento en vida incluso más allá de Kioto.
En esta tetera se puede leer el poema:
En las palmas de mis manos
esperando que pasen eones…
He oído que beber esto
me hará más joven-
el rocío colgante de los crisantemos.
Foto: Otagaki Rengetsu. Tetera “Sencha”, Galería BachmannEckenstein (Basel, Suiza). Alto 13,4 cm.
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