Foto: Aitziber Etxaniz
KULLA és el título de la performance presentada por el Coletivo Rua do Forno do Tijolo, el día 31 de mayo, en Donostia. Durante el Mullita calor (5ª edición del Mullita Fest) en ese paraíso llamado Undermount
Reflexión y fúria de Kulla, Dios del Ladrillo
Inga Freitas – Sandra Lourenço
Rebobinemos
Se acerca una nueva edición del Mullita ¡qué ilusión, qué ilusión!. Los Undermounts hacen sus propuestas e invitan a Marcos Pacheco, a Tonho Pérez y a las FemFoc (Júlia Sangés, Sandra Lourenço e Inga Freitas) a participar haciendo cada uno sus cositas de fuego.
Con alevosía y “cierta” nocturnidad éstos empiezan a reunirse secretamente, por videollamada, los miércoles desde diferentes puntos de la península (Vigo, Lisboa, Guissona, La Bisbal d’Empordà y Barcelona) —A mí me han dicho que haga rakú, a nosotras un neolítico, a mí que haga humos… ¡Pues hagamos grupo!—.
Miércoles tras miércoles y siempre robando tiempo al tiempo nació esta colabHORNOacción (colaboración) en la que 4 ceramistas:
- se disponen a construir una pieza horno con geros
- y se ponen bajo la dirección artística de ZandLou (Sandra ya lleva unos años trabajando en FemFoc embelleciendo artísticamente el fuego y dotando de Artivismo sus performance).
Volvamos
Rua do Forno do Tijolo, nombre de colectivo adoptado por unanimidad, es el nombre de una calle de Lisboa y significa Calle del horno de Ladrillos, no hacen falta más explicaciones, ¿verdad?
Ladrillos, esferas/cilindros, delírios, no manta/ manta, un péndulo que quiso ser cencerro, gas/leña y risas. Esa es la receta de la cual nace Kulla. Un Sr. Horno de 2 metros alimentado a leña y gas.
¿Pero qué és Kulla?
Acción performática que evoca la fúria de KULLA, Dios del Ladrillo en la mitología babilónica —divinidad asociada a la restauración de los templos y, por extensión, a la construcción de estructuras esenciales.
Ante la evidente regresión ética y moral que caracteriza la contemporaneidad, la performance propone simbolizar la tensión entre el rigor de las estructuras sociales instituidas y el libre albedrío humano, sustentado por un compromiso ético con su propia especie.
Estas estructuras, aunque concebidas con un propósito edificante, acaban por restringir la acción y la libertad individual, comprimiendo el espacio de maniobra personal y colectivo —simbolizado aquí por un péndulo confinado entre cuatro paredes de ladrillo, con escaso margen de oscilación— condicionando de este modo el comportamiento humano.
La performance se asume como una manifestación crítica que interroga los límites entre construcción y opresión, entre orden y resistencia.
¡Irrintzi!
Hubo desorden, hubo orden, hubo niebla, hubo rayos, hubo truenos, hubo lluvia, hubo resistencia y resiliencia, hubo fuego, mucho fuego, hubo silencio ensordecedor, hubo muy buena música, hubo reflexión y rendición y hubo un momento en que todos fuimos Kulla.
Fuimos Kulla y quedamos encandilados entre el fuego y la música.
Aquella muy buena música fue el famoso tema de Pink Floyd, Another brick in the wall y los pasos iniciales del famoso Grândola, vila morena, de Zeca Afonso, versionados y remezclados con mucho Arte. Simplemente sublime.
Gracias una vez más Undermount por mantener candente el Mullita, deseamos volver a arder en esas tierras que sentimos tan nuestras. Gracias a los músicos: Ana Água, Alex Fernandes, André Pires, Filipe Homem Fonseca y Sérgio Duque por poner otro ladrillo en el muro.
Y gracias Rua do Forno do Tijolo por la magia.
Que no se apaguen nunca la belleza, la crítica ni la pasión.
Y viva las revistas cerámicas que nos dan voz. Obrigada, gràcies y grazas.
Foto: Maialen
Foto: Maialen
Foto: Maialen
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