El periodismo cultural, y en este caso el que se ocupa de la cultura cerámica internacional, suele tratar de ser independiente de la política. Pero hay momentos en que ya no se puede hablar de política, este es el caso del genocidio en Gaza, ya reconocido por la ONU, que tendrá la triste y vergonzosa característica de ser el primero conocido y retransmitido en directo a todo el mundo
Después de la II Guerra Mundial se acuñó el término “genocidio” a falta de otra palabra para nombrar el horror de los actos cometidos principalmente, aunque no exclusivamente, contra el pueblo judío. Más de setenta años después utilizamos la misma palabra para nombrar los actos criminales cometidos por el gobierno de Israel, heredero de quienes sufrieron el holocausto nazi.
Estar en contra del genocidio o el terrorismo no es una cuestión ideológica, solo hay que tener un mínimo de humanidad y dignidad para posicionarse. El fascismo, el racismo, el machismo o la homofobia no son, no pueden ser, ideas políticas, sino indignidades impropias de cualquier persona con un mínimo de conciencia.
¿Por qué una revista cultural es un sitio propicio para mostrar una bandera? quizá precisamente porque la barbarie siempre está en contra de la cultura, porque mientras haya muerte y destrucción no queda lugar para nada más.
Wladimir Vivas
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