Exposición “Reflections in Black and White: Japanese Art in Clay and Ink”

Para The Winter Show de este enero Joan B Mirviss LTD presenta Reflections in Black and White: Japanese Art in Clay and Ink, una exposición que reúne obras maestras de artistas japoneses modernos y contemporáneos. La paleta en blanco y negro posee una tradición larga y profundamente arraigada en la historia del arte japonés. Los maestros de la pintura a tinta, por ejemplo, han creado paisajes tan ricos y variados que dieron lugar al célebre dicho: «La negrura de la tinta contiene todos los colores» (sumi ni gosai ari). Reflections in Black and White celebra el asombroso abanico de posibilidades expresivas alcanzado por ceramistas, pintores y calígrafos japoneses que continúan esta tradición estética basada en el diálogo entre el blanco y el negro.

En conjunto, la ausencia de color en las piezas seleccionadas invita a una implicación más profunda con los propios materiales, resaltando las sutiles variaciones de matiz y textura que generan. El blanco suave y cremoso del untuoso vidriado feldespático utilizado por Nishihata Tadashi (n. 1948) y Miwa Kazuhiko (Kyūsetsu XIII) (n. 1951) en sus piezas funcionales contrasta de forma rotunda con el blanco puro y luminoso de la porcelana rica en caolín presente en las esculturas contemporáneas de Fukumoto Fuku (n. 1973) y Takeuchi Kōzō (n. 1977). Del mismo modo, el vidriado tenmoku de manchas oleosas (yuteki) de Koyama Fujio (1900–1975) despliega un brillo iridiscente, mientras que el vidriado de ceniza empleado por Iguchi Daisuke (n. 1975) genera una superficie negra y gris de atractivo dinamismo y textura.

Las obras de esta muestra también ponen de relieve el diálogo transversal entre artistas que trabajan con arcilla y aquellos que lo hacen con tinta. A través de la técnica tradicional nerikomi, que marmolea arcillas negras y blancas, Kondō Takahiro (n. 1958) y Takiguchi Kazuo (n. 1953) logran tonalidades de negro y gris en sus cuerpos cerámicos que evocan los lavados de tinta superpuestos utilizados por pintores como Araki Minol (1928–2010) y Matsubayashi Keigetsu (1876–1963). Los vidriados vertidos y salpicados que recorren las superficies de las obras de Koie Ryōji (1938–2020) y Kawase Shinobu (n. 1950) generan contrastes tan contundentes como los característicos del trazo enérgico de los calígrafos zen Nakahara Nantenbō (1839–1925), Jiun Sonja (1718–1804) y Torei Enji (1721–1792). Por su parte, las obras de Suda Kokuta (1906–1990) y Hayashi Yasuo (n. 1928) muestran enfoques divergentes de la abstracción en pintura y cerámica.

HAYASHI YASUO (1928). “Phase III”, 1989- Gres esmaltado.

KITAMURA JUNKO (1956). Vasija de gres con engobe negro y esmalte, ca. 1987. 32 × 30 × 20 cm.

KONDŌ TAKAHIRO (1958). Recipiente rectangular esmaltado de color negro parduzco con diseño lineal blanco en espiral y esmalte dorado y plateado, con tapa de vidrio fundido negro. ca. 2010. Porcelana mezclada con hierro, esmalte dorado y plateado, motivo de porcelana sin esmaltar, vidrio fundido.

NAKAIGAWA YUKI (1960). Escultura biomórfica estriada de color blanco que sugiere un racimo de capullos vegetales, 2025. Gres esmaltado.

NISHIHATA TADASHI (1948). “Cien vistas de la nieve”, 2025. Gres de Tamba esmaltado.

SEI MARI (1969). “Touch 1”, 2025. Gres esmaltado.

TAKEUCHI KŌZŌ (1977). “Modern Remains Precipice” (Detalle), 2021. Gres y porcelana.

TAKIGUCHI KAZUO (1953). Vaso biomórfico con técnica nerikomi (marmolizado) en blanco y negro, 2024. Gres.