Los autores, profesores de la Universidad de Cerámica de Jingdezhen nos ofrecen un extenso y profundo análisis de los incensarios de porcelana Song, utilizados como ejemplo para entender la producción funcional de los hornos imperiales
Diseño de Estilo y Creación de Entornos: Reflexión sobre la Estética Humanista de los Incensarios de Porcelana Song
Zhu Bin, Escuela de Diseño y Arte, Universidad de Cerámica de Jingdezhen
Cheng Xiaofan, Escuela de Bellas Artes, Universidad de Cerámica de Jingdezhen
Resumen
El estilo de la producción de los incensarios de porcelana de la dinastía Song revela no solo su función cultural, sino también su posición dentro del universo estético y material de la porcelana Song. Estas piezas presentan una notable diversidad formal y funcional, logrando una síntesis armónica entre forma y uso. Los incensarios no solo se empleaban para quemar incienso, sino que también cumplían funciones ornamentales y contribuían a la ambientación de los espacios, reflejando, además, aspectos clave del modo de producción y estilo de vida de la época.
Palabras clave: Diseño de estilo; Creación de entornos; Incensarios de porcelana Song
Introducción
El diseño estlístico está estrechamente vinculado con la producción racional y la vida doméstica. Se trata de una metodología tanto subjetiva como objetiva orientada a la construcción racional del entorno social y vital. El estilo surge como resultado del desarrollo de las fuerzas productivas sociales en una etapa histórica determinada, cuando dicho desarrollo permite a las personas reflexionar sobre la relación entre producción y vida cotidiana. De este modo, se tiende hacia una producción más eficiente, orientada a que los objetos satisfagan tanto las necesidades físicas como espirituales de los individuos.
1. Los incensarios de porcelana Song y su diseño estilístico
Los incensarios de porcelana de la dinastía Song constituyen una manifestación representativa dentro de los llamados “objetos de diseño” de esa época. Se produjeron ampliamente tanto en los hornos del sur como en los del norte del país, con una función principal asociada al ritual de la quema de incienso. Estas piezas destacan por la originalidad de sus formas y la diversidad de sus estilos, fruto del diseño ingenioso y la meticulosa labor de los artesanos ceramistas.
1.1 Estufas e incensarios: origen y ámbito de aplicación
Las primeras “estufas” (en referencia a estructuras para generar fuego) surgieron en el contexto de la cocción de la cerámica. Inicialmente, las construcciones destinadas a cocer cerámica se denominaban simplemente “hornos”, aunque más adelante se empezó a hablar de “estufas de horno”, marcando una evolución técnica y conceptual. En sus inicios, estos hornos eran del tipo cueva, subdivididos en hornos de cueva horizontal y vertical. Su estructura básica incluía cámara de combustión, canal de fuego, orificios de fuego y cámara del horno propiamente dicha. En los hornos de cueva horizontal, las cámaras de fuego y de cocción estaban al mismo nivel; con el tiempo, la cámara de cocción fue elevada, ubicándose sobre la de combustión, dando origen al horno de cueva vertical.
La transición de los hornos de cueva a las estufas de horno fue un proceso largo y complejo. Las estufas presentaban una estructura más elaborada, con cinco elementos principales: cámara del horno, rejilla del horno, cámara de combustión, pilares y compuerta de fuego. En las regiones del norte, más planas, surgieron los llamados “hornos cúpula” (bun kilns), construidos directamente sobre la superficie sin excavación, abandonando la forma de cueva. Estos hornos ya mostraban las características formales básicas de una estufa moderna.
Es evidente que tanto la forma como la función de las estufas estaban íntimamente relacionadas con el manejo del fuego y el control de la temperatura. A medida que sus funciones se expandieron —por ejemplo, hacia la cocción de alimentos u otros usos— con el desarrollo del uso del fuego con fines de calefacción, los hornos y las estufas comenzaron a diferenciarse progresivamente, hasta consolidarse como categorías independientes con estructuras y apariencias propias. A partir de su aparición, las estufas evolucionaron tanto en forma como en función, convirtiéndose en un objeto autónomo que integraba armónicamente utilidad y diseño.
1.2 Materialidad, forma y función
Las estufas han recibido distintas denominaciones según los materiales utilizados en su fabricación, su apariencia y su uso. Así, se hablaba de estufas de cobre, de hierro o de porcelana, entre otras. Ya en la dinastía Han, las estufas de cobre se clasificaban funcionalmente en estufas para incienso, para calentar las manos, para entibiar vino, etc. También se categorizaban según su forma, como en el caso del incensario Boshan.
Durante esa época, el diseño formal respondía a criterios funcionales: por ejemplo, las estufas para calentar las manos incorporaban aberturas en sus paredes y en la parte superior para permitir la salida del calor, y estaban provistas de asas que facilitaban su transporte. Además, la apariencia de estos objetos podía adquirir significados simbólicos. Como señala Lv Dalin en Estudios Antiguos, “el incensario parece una colina emergiendo del océano, con agua caliente almacenada en su base que permite que el vapor ascienda como si emergiera de las olas”.
En la porcelana de la dinastía Song, las estufas se elaboraban en diferentes tamaños y dimensiones, reflejando no solo la integración de forma y función, sino también la calidad del material cerámico, la textura de la superficie y la riqueza cromática del vidriado. En síntesis, la diversidad material, formal y funcional enriquecía notablemente el repertorio de estos objetos.
1.3 Diseño estilístico de los incensarios de porcelana Song
Los incensarios de porcelana de la dinastía Song son productos emblemáticos dentro de las artes cerámicas de ese periodo. Se fabricaban tanto en los hornos del norte como en los del sur, y su función principal era la quema de incienso. Estas piezas constituyen un ejemplo representativo del diseño estilístico aplicado a la producción cerámica Song.
Algunos modelos presentaban tres, cinco o más patas; otros imitaban las formas del bronce antiguo. Se los nombraba según sus métodos decorativos y morfologías: incensarios estampados, incensarios tallados, incensarios en relieve con motivos de loto, o bien incensarios con formas inspiradas en flores de begonia o peces.
Desde una perspectiva más amplia, el diseño ornamental en la porcelana Song obedecía a un intento consciente de estandarizar los procesos artesanales en los distintos hornos. La producción cerámica se integró así al ámbito comercial con criterios estéticos y técnicos definidos, respondiendo a las necesidades tanto prácticas como simbólicas de la vida cotidiana.
Durante la dinastía Song, la industria porcelánica alcanzó un alto grado de desarrollo. Los hornos del norte y del sur producían una gran variedad de tipos: celadón, porcelana blanca, porcelana negra, porcelana esmaltada decorada, entre otras. Cada horno desarrolló técnicas distintivas: por ejemplo, el celadón del horno Ru se caracteriza por su espesor y densidad visual, mientras que el del horno Jun destaca por su apariencia brillante y colorida. De esta manera, la porcelana Song expresaba claras características regionales.
En este contexto, la cerámica Song evolucionó hacia una forma de diseño estilístico con criterios unificados, orientados a normalizar los métodos de producción, estandarizar los objetos y modelar un estilo de vida coherente con estas prácticas.
2. La función cultural compuesta de los incensarios de porcelana Song
La dinastía Song representa una etapa sobresaliente en la evolución y aprovechamiento de la cultura material y de la cultura inmaterial tradicionales chinas. Con la consolidación política tras el fin del periodo de las Cinco Dinastías y los Diez Reinos, la dinastía Song del Norte disfrutó de una relativa estabilidad social. Esta paz favoreció el desarrollo productivo, el crecimiento demográfico y el auge de una economía mercantil tanto en ciudades como en zonas rurales.
Particularmente relevante fue el aumento de la población urbana y la diversificación de la vida cultural, factores que dinamizaron aún más la economía comercial y estimularon directamente la expansión de la producción artesanal.
2.1 Función de almacenamiento y quema de incienso
Desde su aparición, la estufa ha sido utilizada en diversos contextos y entornos de la vida cotidiana. Por ejemplo, en la dinastía Han, las estufas de cobre cumplían múltiples funciones: calentaban las manos, entibiaban el vino y servían como incensarios para quemar incienso.
La dinastía Song fue una época de notable florecimiento cultural en la que se consolidó la integración del confucianismo, el taoísmo y el budismo. Esta síntesis, junto con su progresiva secularización, enriqueció el contenido espiritual de la vida material y cultural del pueblo. El incensario de porcelana, destinado específicamente a la quema de incienso, se convirtió en un objeto esencial dentro de ese entramado simbólico y ritual. La práctica de encender incienso y dejar que el humo se elevara era compartida por las tres tradiciones filosófico-religiosas, incorporándose al entorno doméstico como parte del refinamiento espiritual.
Esta práctica no solo refleja los hábitos culturales y materiales de la vida cotidiana, sino también una búsqueda estética de elegancia, serenidad y profundidad existencial. Así, los incensarios de porcelana Song respondieron directamente a las exigencias espirituales y simbólicas de un modo de vida marcado por el confucianismo, el taoísmo y el budismo, especialmente en su expresión secular.
2.2 Función de ambientación y decoración del espacio
El uso de cerámica en la arquitectura y la construcción de entornos se remonta a la era de la alfarería. Ya en las dinastías Shang y Zhou, se empleaban productos cerámicos como tuberías de agua, baldosas para suelos y muros, así como tejas planas o curvas. Más adelante, en el sistema arquitectónico tradicional chino —basado en estructuras de ladrillo, madera y piedra—, la cerámica siguió desempeñando un papel esencial.
A medida que la producción cerámica se desarrolló, también creció la comprensión del potencial expresivo y simbólico de este material. La cerámica comenzó a integrarse plenamente en el espacio doméstico, no solo con una función utilitaria, sino también como elemento estético capaz de enriquecer el entorno. Esta función decorativa y espacial recibe el nombre de “ambientación” o furnishing.
Durante la dinastía Song, la construcción de entornos domésticos con una orientación humanista alcanzó un alto nivel. Por un lado, gracias al auge del comercio y al acceso más fácil a bienes y objetos, la vida material y cultural de las personas se diversificó. Por otro lado, los contenidos espirituales —basados en el confucianismo e integrados con el budismo y el taoísmo— se fortalecieron. En este contexto, el espacio vital compacto exigía objetos con múltiples funciones y significados. Así, los incensarios de porcelana Song no solo servían para quemar incienso, sino que también funcionaban como objetos ornamentales y elementos de ambientación, embelleciendo el espacio cotidiano.
2.3 Búsqueda de un ideal elevado de vida
Aunque las estufas surgieron con una función eminentemente práctica, con el tiempo —especialmente al ser incorporadas a rituales religiosos— su significado y connotación evolucionaron de manera sutil. Esta transformación acompañó el ascenso de la vida material y espiritual. La confluencia del confucianismo, el taoísmo y el budismo —que actuaban como pilares espirituales y éticos del pueblo— contribuyó a una reformulación de la filosofía de vida. Se pasó de una expresión emocional intensa a una contemplación racional y serena de la existencia.
En los rituales cotidianos, el acto de encender incienso, ofrecer reverencias y realizar ofrendas no solo simbolizaba devoción, sino también un proceso de purificación interior. La vida espiritual, así entendida, se convirtió en una vía de cultivo personal que aspiraba a lo sublime y a lo profundo del alma.
Los incensarios de porcelana Song fueron parte integral de esta dimensión. No solo formaban parte del espacio físico del hogar con su presencia tangible, sino que también penetraban en el corazón de las personas como una forma de despertar de la conciencia, ejerciendo una influencia sutil y duradera.
En resumen, la porcelana Song representa una transición cultural significativa en la historia de la cerámica china: desde la satisfacción de necesidades materiales inmediatas hacia una contemplación estética más introspectiva. El diseño estilístico de la porcelana Song constituye una manifestación directa de esta evolución hacia una sensibilidad artística más refinada.
3. Los estilos formales de los incensarios de porcelana Song
La porcelana Song representa una etapa brillante en la evolución cerámica tras el desarrollo alcanzado durante las dinastías Sui y Tang. A través de estilos racionales, no solo se estructuró un sistema de producción cerámico coherente, sino que también se planificó de manera lógica el modo de vida de las personas.
3.1 Los incensarios de porcelana Song y el concepto de construcción
El surgimiento de la alfarería y su continua producción y uso respondieron, desde sus inicios, a la necesidad de crear un entorno cultural funcional. La cerámica, desde la transformación del material para adaptarse al entorno humano hasta la integración armónica entre forma y función, constituyó una estructura racional que dio forma a un verdadero sistema cultural dentro de la industria cerámica.
Por un lado, la alfarería sentó las bases materiales para la consolidación de una sociedad agrícola estable. Posteriormente, la cerámica pasó a formar parte activa de la vida cotidiana y del sistema de producción artesanal, coexistiendo con otras formas culturales como el comercio y desempeñando un papel fundamental. En este sentido, la cerámica aportó un flujo constante de soporte material y simbólico a la vida cotidiana.
Por otro lado, el desarrollo de la cerámica ha sido desde siempre un proceso profundamente racional: desde la recolección y procesamiento de las materias primas, la preparación de las pastas, el moldeado, la decoración y finalmente la cocción. Cada etapa requería precisión y previsión. Se decía que “la producción de una sola taza requería hasta setenta y dos pasos”, un proceso cuya complejidad no podía captarse en su totalidad.
Es evidente, entonces, que la racionalidad permeaba todo el proceso productivo.
Sin duda, la porcelana Song planificó la apariencia y las formas de los objetos cerámicos con criterios racionales. Los incensarios producidos durante esta dinastía no fueron la excepción. Su tipología destaca por una proporción calculada de sus partes que, en conjunto, daba lugar a una forma equilibrada. De esta manera, los incensarios materializaban una concepción integrada de producción y vida cotidiana.
3.2 Material, forma, función y entorno
Los incensarios de porcelana Song aspiraban a alcanzar una armonía entre el material, su transformación formal y el proceso racional de producción. Este principio responde a la noción tradicional de armonía entre el ser humano y la naturaleza. Como se señala en El Libro de los Oficios: “El cielo actúa según las estaciones, y la tierra también. El material posee belleza, y el proceso, destreza. Su combinación puede alcanzar la perfección”.
En términos concretos, la transformación del material desde su estado natural a una forma creada por el ser humano debía responder a las necesidades fisiológicas y psicológicas de las personas. Solo así, cuando la forma satisface de manera adecuada estos requerimientos, puede adquirir un verdadero sentido humanista y realizar una auténtica unidad entre forma y función.
Por este motivo, el diseño estilístico de los incensarios de porcelana Song buscaba la estandarización en cuanto a estructura, volumen y proporciones. Esta estandarización era la expresión tangible de la unidad entre forma y función.
En cuanto a la distribución de su producción, durante la dinastía Song existía una intensa competencia entre hornos de distintas regiones. En el norte destacaban los hornos de Ding, Ru y Jun; mientras que en el sur sobresalían los de Longquan, Jian y Jizhou, entre otros. Cada uno de estos centros de producción desarrolló técnicas únicas, lo que dio lugar a una diversidad estilística notable dentro de los incensarios de porcelana Song.
Cada horno imprimió características locales distintivas a sus productos. Por ejemplo, los hornos de Ru se especializaron en celadones de esmalte espeso y suave, con tonos azulados y una textura aterciopelada, mientras que los de Jun produjeron piezas de esmalte más exuberante, con matices violáceos y efectos cromáticos accidentales altamente valorados. Este abanico de estilos muestra no solo la maestría técnica alcanzada, sino también un profundo entendimiento estético de la forma y la función, donde cada pieza respondía a una lógica interna que conjugaba belleza, utilidad y armonía con el entorno.
Así, la producción de incensarios en la dinastía Song no solo perseguía fines prácticos o rituales, sino que también expresaba una visión de mundo profundamente influida por la filosofía confuciana, taoísta y budista. La creación de estos objetos implicaba una planificación integral que tomaba en cuenta el material, la función, el espacio y el espíritu, aspirando siempre a un ideal de perfección formal y simbólica.
Los hornos del norte, como el de Ding, Cizhou y Yaozhou, y los del sur, como Jingdezhen en Jiangnan, Longquan y Jizhou, eran centros cerámicos reconocidos, cada uno con características regionales propias en cuanto a materiales y técnicas de producción. Más aún, la comprensión y práctica de la vida cotidiana, así como los valores asociados a ella, variaban según la región, dando lugar a diferentes necesidades e incluso aspiraciones culturales. Por ello, en un entorno social relativamente unificado y en el marco de una construcción espiritual humanista compartida, surgió la necesidad de establecer normas comunes: un requisito objetivo del desarrollo social.
El diseño estilístico y la operación productiva de los incensarios de porcelana Song respondieron a una exigencia subjetiva de estandarización. Esto implicó la planificación consciente de los estándares artesanales tanto en la producción como en la vida diaria, regulando las técnicas de los artesanos, normalizando los procesos de fabricación y modelando los modos de vida. En resumen, la porcelana Song logró armonizar la diversidad de materiales y procesos mediante estándares comúnmente aceptados, lo que se manifestó a través de un diseño formal coherente. Esta estandarización no solo reguló la producción y el comercio de bienes, sino también la vida cotidiana de las personas, ofreciendo incluso un modelo general para la configuración del entorno humano.
En definitiva, ya en la era de las artes decorativas, la industria cerámica china había ingresado, desde la dinastía Song, en una fase cultural profundamente racional. Este enfoque se reflejaba tanto en la producción como en la vida cotidiana, manifestando una unidad orgánica entre ambas dimensiones.
Conclusión
La producción estandarizada de los incensarios de porcelana Song constituye una manifestación concreta del pensamiento racional que impregnó la cerámica de esta época. A través de un diseño riguroso, se regulaban la producción social, el intercambio comercial y los estilos de vida, desempeñando un papel normativo en la construcción del entorno humano y social. Se trata de un fenómeno propio de un periodo histórico en el que las artes decorativas alcanzaron un desarrollo significativo, y en el que convergieron tanto los requerimientos objetivos como las aspiraciones subjetivas de la época. Todo ello demuestra cómo los productos no solo respondían a funciones específicas, sino que también seguían principios de diseño estructural y conceptual profundamente integrados.
Referencias
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Sobre el autor
Zhu Bin (nacido en octubre de 1981) es profesor asociado en la Escuela de Diseño y Arte de la Universidad de Cerámica de Jingdezhen.
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