Residencias artísticas en Cogorderos - León

Exposición de Clara Graziolino

by Infocerámica

Foto personal de Clara Graziolino

Como anunciábamos en una anterior noticia, desde el pasado 1 de octubre se puede visitar la exposición de escultura cerámica de Clara Graziolino en la Escuela de Cerámica de la Moncloa, en Madrid. El día siguiente a la inauguración visitamos la exposición y charlamos con la artista.

Encontramos a Clara Graziolino dando todavía los últimos toques al montaje de la exposición, incluso recolocando alguna pieza, atendiendo a quienes visitan la muestra y enseñando el vídeo en el que se presenta como ceramista. En dicho vídeo Graziolino comenta su obra y sus inquietudes, aunque casi lo primero que nos dice al empezar la conversación es que, lo que realmente le gusta es que sea su obra la lo diga todo

Wladimir Vivas. ¿No crees que a veces hace falta hablar, incluso teorizar, sobre la obra artística?

Clara Graziolino. Si, por supuesto, pero el mayor esfuerzo lo empleo en intentar comunicar con la obra, desde mi punto de vista, desde mi poética; es lo que me mueve más a la hora de trabajar y de comunicar a cuanta más gente posible.

¿Te planteas cuando comienzas una obra lo que quieres comunicar?

En absoluto, esa es la parte más inconsciente e intangible de las cosas, de la vida, de los sentimientos y los pensamientos, que son justamente las cosas que con las palabras me siento incapaz de expresar de manera precisa, me parece que con otro lenguaje, como el plástico, tengo más acceso a esa comunicación, que claramente queda más… suspendida.

Todo eso que dices querer compartir son cosas abstractas, no es como si quisieras expresar cosas concretas mediante, por ejemplo, el arte más figurativo..

Exactamente, es algo así como muy profundo y muy íntimo, pienso que cuando consigues conectar con quien esta en esa misma…

¿onda?

Si, en ese mismo nivel de comunicación, creo que se llega de esa forma, no tengo ningún interés en decir algo muy específico o muy preciso, es más bien el mundo del inconsciente.

Cada persona puede por tanto interpretarlo de una forma personal ¿enrique eso la obra?

Absolutamente, de hecho me gusta mucho tener la oportunidad de saber qué piensa la gente; lo que siempre me sorprende es cada uno tiene su obra favorita y nunca coinciden, no es que a todos le guste esa obra en concreto…, lo cual quiere decir que a cada cual le cuenta una historia diferente, le llega de una forma, y eso me parece muy enriquecedor. Hay muchas cosas que yo no pienso, porque yo trabajo y, luego, al final, veo lo que he hecho. Montar una exposición tiene, un poco, esa función.

¿Recapitular?

Recapitular y ponerlo todo junto…, es como si uno hubiese escrito varias páginas y despues de montarlo todo junto dijese: “al final me ha salido un libro que tiene un…”

Como un hilo conductor…

Si, un hilo conductor, un discurso que se entiende; pero eso yo lo consiguo solo cuando monto una exposición en un espacio, porque en mi taller hay demasiado…

¿Ruido?

¡Exactamente! hay mucho ruido.

A la hora de hacer una exposición ¿descartas muchas piezas o trabajas ya pensando en mostrarlas juntas?

(para esta exposición) no me he traido dos piezas de las que había pensado porque he ido montando y he visto que era más que suficiente, normalmente descarto mucho en la fase de “modelación”. Para esta exposición me he puesto un método de trabajo que era hacer una escultura al día, en italiano se dice “una scultura al giorno, toglie il medico di torno”, “una escultura al día y alejarás al médico”.

Entonces ¿toda la obra está hecha pensando en esta muestra?

Sí, excepto los murales, que son anteriores. Cuando Manuel Sánchez Algora me propuso hacer esta exposición, empece en junio y, por una vez, me dije “voy a despreocuparme por una vez de lo que voy a hacer, de medidas, de posibilidades de venta y voy a esbozar…”,  para mi son todo como bocetos, ideas que tengo en mente desde hace años pero que no tengo nunca el tiempo de ponerme, de tener la concentración.

¿Te resulta bueno que te empujen un poco? ¿qué te propongan retos?

Si, me he dado cuenta justo poniéndome a trabajar…, por eso pensé en hacer una escultura cada día, porque si no, el bloqueo creativo está siempre a la vuelta de la esquina. Saco el baro y me doy, no se…, sesenta segundos, lo que tardo en preparar el barro, para decidir lo que voy a hacer; porque ideas tengo desde hace años, todas apuntadas, quién sabe en qué libretas o dónde, y así lo he hecho, aunque claro, no es que haya hecho una escultura al día.

Como una búsqueda de la frescura, de tratar de que surja la idea primigenia de cada obra.

Exacto, no es que en cada una yo tuviese en mente el resultado final, pero si un poco el tipo de investigación que quería hacer…, usar algo parecido a un tubo de goma…

Me ha sorprendido que parece que siempre pareces tener presente una cierta referencia figurativa, en algunos casos muy evidente, como telas, gomas e incluso hierro.

Digamos que es algo que me mueve, seguramente lo que me inspira son las cosas que me rodean cada día, yo creo que viene del hecho de que siempre estoy pensando que algún día pasaré a otros materiales, porque, como los escultores del renacimiento, estoy empezando con la cerámica, que era un material que manejaban primero para luego pasar a otros. Llevo veinte años con la cerámica, pero siempre tengo esa idea. Por ejemplo, el tema de las gomas nació primero con la idea de trabajar directamente con gomas, de hecho fui a buscar cámaras de aire a tiendas de ciclismo pero después, no se cómo, me salió hacerlo en cerámica, porque al final para mi la cerámica tiene una preciosidad que es más afín a mi poética.

¿Para darle más permanencia?

No lo sé, al final me he visto haciéndolo con cerámica, será también que cuantos más años trabajas en cerámica mejor manejas el material y surge más natural.

Es más tu lenguaje

Si, y no me parece nada malo que sea así, pero me divierte mi conflicto, mi juego mental. A veces la gente me pregunta “oye, ¿qué material es este?, esto no es cerámica ¿no?”, y me pasa bastante a menudo y…, ¡me quedo muy satisfecha! Seguramente, sin darme cuenta, juego con esto.

Sin embargo, en series anteriores como en tus esculturas realizadas con cuencos, el juego parece el contrario: montabas las esculturas con piezas de cerámica que, al menos desde el punto de vista formal, no están hechas para escultura.

Si, ahí el juego era más en torno al cuenco que es…

Como un paradigma de la cerámica, de la funcionalidad

Exactamente, la gente se preguntaba por la contemporaneidad de esas piezas, me decían a menudo que parecían como sacadas de la tierra, como piezas arqueológicas; esto también era un juego que también me gustaba muchísimo, quizá porque quería ser arqueóloga de niña. También hay algo bastante práctico y es que, para vivir de esto hay que venderlo, hasta ahora no me puedo quejar pero, aquí en España y también en Italia, no me parece que haya una cultura de coleccionismo de cerámica. No sé si eso me condiciona a la hora de crear, a lo mejor en parte si, y es una razón más práctica y terrenal, yo sé que si mis obras gustan como para que la gente las compre, normalmente no es porque sea gente que aprecia el hecho de que sea cerámica, la compra porque le gusta como escultura o como pieza en sí, más allá del material.

¿En que circuito sueles vender?

Por ejemplo vendo en una tienda de decoración muy conocida, con la que participo en Almoneda, pero tienen piezas de todo tipo, es un poco una mezcla, tienen obras de arte, grabados, diseños de los años veinte y vende en todo el mundo por Internet, con ellos estoy funcionando muy bien y con otras tiendas similares, que hacen una cosa intermedia entre decoración y arte. He ido un par de veces a participar en CERCO, exponiendo ahí, y en otros sitios tuvieron bastante éxito.

Poco a poco la conversación va por otros derroteros, es un placer hablar con esta ceramista italiana, que lleva ya muchos años viviendo y trabajando en España. Aunque al principio de la charla comentaba que no le gusta tener que hablar sobre su obra, que prefiere que sea ésta la que hable, su conversación ha abierto la puerta para entender un poco mejor su exposición, que se puede visitar hasta el 17 de octubre en la centenaria Escuela de Cerámica de La Moncloa, en Madrid.

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Escuela de Cerámica de La Moncloa
Calle Francisco y Jacinto Alcántara, 2
Madrid
Del 1 al 17 de octubre de 2014

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Información:

Página web de Clara Grazolino

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Se prohíbe el uso de texto y las imágenes de este artículo, que se publican en Infoceramica, con permiso de la autora, exclusivamente para la promoción de la exposición, queda prohibida su reproducción sin permiso expreso. Infoceramica agradece a Clara Graziolino y la Escuela de Cerámica de La Moncloa el permiso para tomar y reproducir las fotografías.

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