Cocción en horno de leña

by Infocerámica
horno de leña

Principio de la cocción

El pasado fin de semana hice una cocción en el horno de leña. Este horno lo construí hace ya más de un año y, sin embargo, sólo lo probé en una ocasión. En esa primera cocción todo salió mal: se me rompió el pirómetro y el horno no subía, llegue a unos 1.100 ºC (más o menos) y salía demasiado humo por la boca de carga, por lo que era evidente que el problema era la falta de tiro.

Después de eso lo aisle mejor, simplemente con algo de fibra superpuesta y determiné que en la siguiente cocción alargaría la chimenea por lo menos un metro.

Y así llegue al fin de semana pasado, llené el horno con lo primero que pillé, realmente lo que me importaba era probar las mejoras introducidas, ya habrá tiempo para buscar resultados. En esta ocasión preferí programar una cocción de baja, para ir cogiendole el ritmo al horno. Las piezas eran de torno, en monococción con un esmalte muy simple (bisilicato de plomo y ball clay) y otras ya bizcochadas con un esmalte blanco y decoración con óxidos (vaya, mayólica, para decirlo claro).

Empecé la cocción al mediodía, en cuanto terminé de esmaltar y cargar el horno; las primeras tres o cuatro horas fuí con mucha prudencia para no romper nada y, considerando que no usé pirómetro, la técnica es simple: mirar bien en la cámara de combustión para evitar que las llamas lleguen directamente a las piezas.

horno de leña

Aquí debía estar ya sobre los mil grados. Podeis ver la llama en el registro de la chimenea, que me marca el ritmo de carga

A pesar de ir con tanto cuidado, el cono de 630 ºC cayó a las cinco horas de cocción, un poco rápido (lo cierto es que se rompió una pieza), para la próxima vez ya se que hay que ir todavía más relajado. Apenas unos minutos después cayó el cono de 730 ºC, ahora sí que era evidente que iba demasiado rápido. Esto fue a las 17,46, así que me lo tomé con calma y hasta dos horas después no caería el cono de 880 ºC y, en una hora más, esto es, a las 21 horas, caía el cono 05 (1.060 ºC). Realmente este cono no lo dejé caer del todo, porque me pareció pasarme de temperatura (¡aunque no me sirvió de nada, porque me pasé un poco!).

cocción de cerámica en horno de leña

El cono que se ve era el de 1.040 ºC, que caería en unos minutos.

Evidentemente, la curva de cocción fue un poco a su aire, primero rápido, luego lento, luego otra vez rápido, pero lo que quería es preciamente cogerle “el aire” al horno. Para la próxima estoy bastante confiado en poder llevarlo como yo quiera. Otro tema importante es que, al ser un horno de tiro cruzado, era de esperar que tenga diferencias de temperatura, y necesito ir viendo en qué medida, para poder saber como cargar. Calculo la diferencia en unos 20-40 grados.

El horno funcionó perfecto, comencé con leña de pino (justo los pallets que caben mi furgoneta Peugeot Partner, unos 7 ó 8 ) y al final de la cocción probé una leña de chopo que me regalaron. Con la de pino funcionó bien, como siempre. A los cinco o diez segundos de cargar, se empezaba a ver llama en el registro de la chimenea y, al cabo de otros cinco o diez segundos, empezaba a salir humo; aunque no mucho, nada que molestara. Por el frente del horno no salía absolutamente nada de humo, podría tener el horno dentro del taller y ¡no moriría asfixiado! cargaba cuando dejaba de ver llama en el registro y eso me marcaba un ritmo nada molesto, sin agobios. Incluso me permití comerme un cocido y tomarme una cervecita (como me dijo Carlets en una ocasión, para cocer con leña es necesario paciencia y unos botellines ¡que gran sabio!).

horno de leña para ceramica

La cocción ya terminó. Esta foto es para que la compareis con la primera y observeis el consumo de leña

Pero la sorpresa llegó cuando empecé a usar la leña de chopo; ya sabía que fuinciona bien por referencias de otros ceramistas, pero no pensaba que fuera mágico. Cargaba el horno, con maderas de medio tronco de unos 60 cm de largo y más o menos un palmo de diámetro, osea, un tarugo grande. Lo lógico sería que con cada carga el horno redujera mucho durante un rato; sin embargo, ocurría lo contrario: no se veía humo en la chimenea y, aunque no tenía pirómetro, estoy seguro que, con cada carga, subía la temperatura de golpe.

Cuando descargué pude comprobar que la cocción no había sido nada reductora: las decoraciones con cobre no tenían ni rastro de rojo. Además estaba todo bastante limpio, no se acumuló nada de ceniza en las piezas, incluso un cuenco no tenía rastro de ceniza en en interior.

En definitiva, aunque los resultados no fueron nada destacables (no se trataba de eso) considero la cocción un éxito. Estoy tentado de hacer la siguiente prueba en alta temperatura. Pensaba hacer el aislamiento fijo, ya que ha funcionado bien, pero estoy lanzado, quiero cocer ya mismo y dejar el trabajo de aislamiento para los meses de verano, cuando no pueda cocer por el peligro de incendios.

pieza de cerámica de Wladimir Vivas

Los blancos son blancos y los verdes no son rojos ¡esto funciona!

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