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La cerámica Hagi es una de las tradicionales de Japón más apreciadas para la realización de cuencos para la ceremonia del té. Este tipo de esmaltes es muy sencillo en su composición pero muy sensible a las diferencias de materiales
Texto: Wladimir Vivas
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2 comentarios
Muchas gracias, Wladimir! Este artículo concuerda totalmente con las actuales experiencias que estoy haciendo en mi horno de leña – el campo de investigación es prácticamente infinito ya que no se trata solamente de combinar diversos tipos de cenizas sino que, además, según el lugar donde la madera (o el arroz o el maíz, etc) hayan crecido, los componentes finales del esmalte serán diferentes. Tengo por ejemplo un esmalte Hagi clásico en el que sólo he variado el origen de la madera de roble, con cenizas lavadas: los robles de Bretaña (Francia), Normandía (Francia) y los robles de Bélgica dan resultados muy distintos! Una amiga ha ido hasta preparar esmaltes con ceniza de vegetal (helecho, si me acuerdo bien) recogido en primavera y en otoño para comparar: los resultados son también muy diferentes! Nos encontramos así en un campo extraordinariamente diversificado por estar íntimamente conectado a la naturaleza y a la vida.
Gracias Ana Belén, mi interés por este tipo de esmaltes es la posibilidad de hacer esmaltes realmente únicos e íntimamente relacionados con el lugar en el que se hace, con su naturaleza y geología, además ¡a mi me parecen muy divertidos de investigar!