
“Secret Moments”, 2025. 38 × 50 × 50 cm.
En la pasada edición de la feria Ceramic Brussels se pudo ver, de la mano de la galería belga Transit, la exposición de Peter Aerts, un artista que ha hecho de la cerámica su medio de expresión, con la realización de esculturas que parecen aunar lo orgánico y lo geológico
Zona de tránsito
Texto: Leon Lemahieu (Extracto)
Fotos: Courtesía de la galería Transit Mechelen, Bélgica
Al rodear la casa de campo en busca de la entrada, noto que los cactus del artista —traídos de Donoussa (Grecia) hace casi una década— han prosperado, extendiéndose por la propiedad como centinelas mitológicos. Sus formas espinosas, protectoras y simbólicas, reflejan la resiliencia y fuerza silenciosa que caracterizan su obra.
La granja, que es hogar y estudio de Aerts, ha sido transformada con ventanales que van el suelo al techo que inundan de luz el interior. Allí, un santuario doméstico recibe al visitante: una vela roja ilumina un conjunto de piedras, conchas, figuras y objetos de su hijo pequeño, creando una atmósfera de nostalgia y humor que refleja las múltiples capas de su práctica artística.
Ascendiendo al estudio, encontramos esculturas sin cocer, dispuestas sobre mesas, que esperan la alquimia del horno. Estas formas, totalmente modeladas a mano, evocan ecos de Moore, Brancusi o Arp, pero conservan una identidad singular. Aerts trabaja sin bocetos ni planes, guiado únicamente por la intuición y un impulso físico que se traduce directamente en arcilla.
“Mis obras son profundamente físicas y elementales”, explica. “Buscan conectar lo inexplicable con el mundo de la forma.” Para Aerts, la creación surge de una mente vacía, purgada de imágenes preconcebidas, en un proceso que llama su Zona de Tránsito, donde la materia dirige la mente.
El modelado comienza con un acto agresivo: “violo el barro”, dice, describiendo una relación física que se suaviza a medida que emergen formas y líneas. Es una danza de fuerza y ternura que insufla vida a sus esculturas.
Fuera del estudio, su gran horno —capaz de alcanzar 1300 °C— somete las piezas a largas cocciones, condensando milenios de envejecimiento geológico en apenas días. Este proceso recuerda las “falsificaciones auténticas” de Luc Tuymans, donde el material envejece de manera artificial.
El esmalte de Aerts, verde y venenoso como la piel de un anfibio, crea un exoesqueleto que es a la vez armadura y piel, otorgando a las esculturas una sensualidad irresistible. Algunas obras evocan corales, otras condensan energía, pero todas oscilan entre lo estático y lo dinámico, lo ancestral y lo inmediato.
Erigidas sobre pedestales de tierra roja, sus esculturas se imponen como estelas, monumentos desafiantes al tiempo. En un mundo de arte saturado de superficialidad, Aerts sorprende con su gravedad, recordándonos el peso esencial de la existencia.
Extracto del texto de Leon Lemahieu para el catálogo “Transit Zone”
Sobre el artista
Peter Aerts nació en Amberes en 1988. A principios de los dos mil estudió lengua y escultura, para después trasladarse a Berlín para estudiar dirección de cine. En 2014 viajó por África y Grecia, donde vivió durante dos años, en la pequeña isla de Donoussa. A su vuelta en Bélgica se instaló en una granja del siglo XIX donde montó su taller en el que continúa trabajando actualmente.
Instagram Peter Aerts
www.transit.be
Se prohíbe el uso de texto y las imágenes de este artículo, que se publican en Infoceramica exclusivamente para la promoción de la obra del artista, queda prohibida su reproducción sin permiso expreso. Infoceramica agradece a peter Aerts, la galería Transit y Leon Lemahieu por la ayuda prestada para la realización de este artículo.